PAMPLONA. La información que utilizan las organizaciones sociales navarras sobre este problema social es la incluida en el estudio de laAsociación de Ciencias Ambientales (ACA) sobre la Pobreza Energética en España 2014, con datos de 2012, los últimos disponibles.
Según este documento, puede considerarse que un hogar está en situación de pobreza energética cuando es incapaz de pagar una cantidad de energía suficiente para la satisfacción de sus necesidades domésticas o cuando se ve obligado a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética de su vivienda.
El informe revela que, de los 7,4 millones de personas en España con gastos en energía doméstica por encima del 10 % de sus ingresos,96.000 se encuentran en Navarra, mientras que 4,2 millones no pueden mantener su hogar a una temperatura adecuada, 44.000 de ellas en Navarra.
El porcentaje de hogares en Navarra con gastos en energía doméstica superiores al 10 % de sus ingresos (un 19 % del total) está por encima de la media española (17 %), mientras que el porcentaje de hogares que no pueden mantener su vivienda con una temperatura adecuada (5 %) está por debajo de la media (9 %).
Los indicadores de pobreza energética están directamente relacionados con la tasa de desempleo, la situación de paro o jubilación del miembro familiar de referencia y la pertenencia a zonas rurales o despobladas, señalan los autores del documento.
Además, los expertos advierten del impacto que la pobreza energética supone para la salud, ya que las temperaturas inadecuadas no sólo pueden generar problemas respiratorios o reumáticos, sino también afectar al progreso escolar de los niños y la alimentación familiar.
El Departamento de Políticas Sociales cifra en unas 1.300 las familias que en Navarra reciben ayudas económicas del Gobierno foral para combatir la pobreza energética, que se suman a la línea de ayudas que tiene el Ayuntamiento de Pamplona por vía presupuestaria.
El año pasado, el Consistorio pamplonés destinó 200.000 euros a ayudar a los gastos de alimentación, alojamiento y facturas de luz, gas o agua a personas o unidades familiares que, en un momento dado, no pueden afrontarlos.
Hay también organizaciones humanitarias, como Cáritas, que ayudan a las familias necesitadas a pagar el suministro de agua, gas y electricidad, un concepto para el que esta entidad destinó en 2014 un total de 80.000 euros, frente a los 100.000 gastados en 2013.
Desde Cáritas han comentado a Efe que este año no se aprecia un gran aumento en las solicitudes de ayuda, aunque en los últimos 15 días sí que ha habido un repunte en la demanda que desconocen si se mantendrá o no en el tiempo.
Cáritas también se encarga de gestionar a algunas familias la renta de inclusión social e incluso de adelantar el dinero destinado por el Gobierno de Navarra a este fin.
Por su parte, Cruz Roja, entre otras organizaciones, atiende miles de casos de vulnerabilidad extrema, aunque no abona directamente las facturas de agua, gas o electricidad, sino que entrega kits para conceptos como alimentación infantil o higiene con el objetivo de que las familias tengan más solvencia económica para hacer frente al suministro energético.
En Cruz Roja aprecian una estabilización en la demanda derivada de la pobreza energética, aunque subrayan que en Navarra sigue habiendo "mucha necesidad
fuenteshttp://www.noticiasdenavarra.com/2015/02/06/sociedad/navarra/44000-navarros-en-situacion-de-pobreza-energetica-no-pueden-poner-la-calefaccion-a-una-temperatura-adecuada-para-la-salud
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