miércoles, 5 de diciembre de 2012

Se agranda la brecha entre ricos y pobres en todos los países, según los informes internacionales


Que la doctrina 'liberal' de menos impuestos y más privatizaciones beneficia sólo a los más ricos ya no no es una soflama trasnochada de la izquierda. Y que combatir la crisis con recortes sociales que afectan a las clases medias y bajas provoca que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres tampoco. Es una evidencia académica que consta en todos los informes internacionales, el último en el informe sobre la pobreza que hace el Gobierno alemán y que Merkel intentó maquillar.
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Según la ONU, Unicef, fundaciones privadas, organizaciones no gubernamentales e informes oficiales de la Unión Europea, en el mundo los ricos cada vez son menos pero tienen más, cada vez hay más pobres y la diferencia entre unos y otros, lo que se llama “brecha social”, cada vez es mayor. Cuanto más pobre es un país mayor es la brecha social, y a mayor impacto de la crisis los pobres son más pobres y aumentan, porque muchas personas de clase media acaban en la pobreza. El número de ricos se mantiene y aumenta su riqueza. Las consignas que gritan los ciudadanos en las movilizaciones como, por ejemplo, que las crisis las pagan los de siempre, tiene un poso muy real.
Temor a estallidos sociales
En una sociedad muy informada y más cualificada que la de generaciones anteriores, el aumento de la brecha social entre ricos y pobres se percibe como lo que es,  una gran injusticia. Los datos que manejan los diferentes Gobiernos apuntan claramente a que está en riesgo la cohesión social porque se ha recortado en todo lo social (sanidad por la que ahora hay que pagar, educación más cara, sin cobertura a dependientes) mientras bajan los sueldos de los trabajadores y se les suben los impuestos. Los datos de aumento de la pobreza en España son espeluznantes, y afectan especialmente a la infancia y a los jóvenes. Por primera vez son los pensionistas los que sustentan a muchas familias y por primera vez el poder adquisitivo de los jubilados es mayor que el de los jóvenes. La pregunta que se hacen muchos analistas es cuánto tiempo se puede aguantar esta situación sin que se produzca un estallido social violento.
Hasta en Alemania
Y si la brecha social se ha agrandado en un país como en Alemania al que la crisis no le afecta y que es la primera economía europea, nos podemos imaginar lo que está ocurriendo en España, Irlanda, Portugal y Grecia.
El Gobierno alemán hace un informe oficial cada cuatro años sobre la pobreza en el país. Lo dirige el ministerio de Trabajo, y el resultado del último es tan preocupante que el ministro de Economía y la propia Ángela Merkel exigieron que se “retocara” para quitar los datos más alarmantes o expresiones de que hay “peligro para la cohesión social”.
En este informe se constata que el número de pobres en Alemania ha aumentado, es casi del 20% de la población (19,6%), y tan solo el 10% de los alemanes se reparten el 67% del capital. En la ejemplar Alemania había en 2010 cuatro millones de personas que cobraban menos de siete euros a la hora. En los últimos años en el país que va bien, han bajado los salarios y ha aumentado el número de pobres.
La conclusión es obvia y no tiene matices: Ángela Merkel ha impuesto una economía ultra liberal y de derechas que hace que la macroeconomía del país vaya bien, pero a sus ciudadanos les vaya peor. Su política de austeridad consiste en que las clases medias y bajas deben cobrar menos y pagar por los servicios sociales y la consecuencia es que los ricos son más ricos. El problema es que esa filosofía política, heredera de Reagan y Thacher, es la que impone al resto de Europa y es indiscutiblemente injusta.
El intento del Gobierno alemán de manipular su propio informe ha indignado a la opinión pública alemana. Se pueden maquillar los informes y falsear los datos, pero no se puede ni maquillar ni falsear la realidad.
fuentes http://www.elplural.com

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