viernes, 5 de abril de 2013

Cáritas: en Andalucía los pobres son más pobres


En esta comunidad hay que nadar mucho para llegar a la orilla, casi el doble que en el resto de España", apunta Jesús Pérez Mayo, uno de los autores del informe de Cáritas Andalucía sobre 'Pobreza y privación en Andalucía y España: el impacto de la gran recesión'.
Un total de 2,66 millones de residentes en la comunidad autónoma, casi un tercio de la población, vive bajo el umbral de la pobreza.
La crisis se ceba especialmente con niños y jóvenes.
Andalucía no tiene cuantitativamente tantos pobres como Extremadura, Castilla La Mancha o Canarias. Pero los pobres andaluces son más pobres. El indicador de la intensidad de la pobreza (la distancia a la que las personas se encuentran de superar ese umbral) es en Andalucía el mayor del país (0,14% frente al 0,08% de media). "En esta comunidad hay que nadar mucho para llegar a la orilla, casi el doble que en el resto de España", apunta Jesús Pérez Mayo, director del Área de Economía Aplicada de la Universidad de Extremadura y uno de los autores del informe de Cáritas Andalucía sobre 'Pobreza y privación en Andalucía y España: el impacto de la gran recesión'. El análisis desmenuza y segrega los datos oficiales de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística, relativos a 2011, e incluye algún valor añadido como los citados indicadores de calidad de vida (esto es, de privación de la misma).
Los datos y la realidad vienen a desmontar la recurrente frase de "en Andalucía se vive muy bien". Casi un tercio de la población andaluza (un 31,69%) vive por debajo del umbral de la pobreza. En España es del 21,73%. Si bien el porcentaje no aumenta considerablemente respecto a los años anteriores (2009 con un 29,3%, y 2010 con un 30%), las cifras siguen teniendo rostro y el dato del último año registrado representa a 2,66 millones de personas a las que les cuesta mucho vivir en Andalucía.
Según el informe, un 48% de hogares andaluces no puede afrontar gastos imprevistos, un 17% llega a final de mes con mucha dificultad y un 24% admite tener problemas de pobredumbre. Son algunos datos, obtenidos sólo de aquellos que reconocen tal situación. Sin embargo, menos de un 6% admite retrasos en el pago de la hipoteca o del alquiler de la vivienda. "Todos coincidiremos, en este caso, en que son muchos más", apunta Jesús Pérez Mayo. 
Basándose en esa cifra, y teniendo en cuenta que 7.500 euros es la renta anual neta por debajo de la cual se sitúa el umbral de la pobreza para una persona que vive sola, serían necesarios 1.050 euros más al año para que cada uno de esos 2,66 millones de andaluces tuviera un nivel de vida que no se considere ‘pobre’. Los datos no son extrapolables a familias estándar (15.700 euros de renta anual para una vivienda con cuatro personas). "La desigualdad se ha incrementado con la crisis y la exclusión social está más cerca para más personas", concluye.
La crisis se está cebando, principalmente, con el futuro. Los niños y jóvenes andaluces son los más afectados (hasta los 29 años, suman el 36,05% del total de afectados por la pobreza). A juicio de Pérez Mayo, su situación no determina su éxito en la vida pero una persona que desarrolle la primera parte de su vida bajo el umbral de la pobreza "siempre lo tendrá más difícil". Es "preocupante y grave", considera el autor.
En cambio, los mayores de 65 años en Andalucía han visto reducida la tasa de pobreza en los últimos años. Porque "las pensiones, como mucho, se congelan", señala Pérez Mayo. Que desde los años 'precrisis' (2005-2007) a 2011 hayan visto reducida su tasa de pobreza hasta el 13,69% es un "efecto estadístico", una "mejora ficticia". "No significa que se estén haciendo bien las cosas con este colectivo", dice el profesor.
"No podemos estar eternamente frustrados, si no estaríamos renegados del mundo", señala Pérez Mayo acerca de la situación de crisis de las familias y de que uno "se acostumbra" a las realidades. El problema es que "mucha gente nunca imaginó encontrarse en esta circunstancia" porque creyó que había hecho "lo correcto" (estudiar, formarse, etc), reflexiona Pérez Mayo.

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