Más de 200 millones de niños de todo el mundo tienen problemas de desnutrición y 19.000 mueren cada día por causas que se pueden evitar. A pesar de todo, estas cifras han disminuido un 41% desde hace 23 años. La ONU y Unicef son los grandes organismos que tratan de concienciar a la sociedad y de atenuar las terribles consecuencias de la pobreza infantil como la falta de escolarización, nutrición, sanidad o higiene
Los objetivos son muy claros: paliar las penurias que padecen millones de menores. En cifras, cada día, 6.400 niños mueren en todo el mundo por hambre y, otros, porque no les llegan las vacunas o por la falta de higiene. En total, 180 millones de menores son víctimas de desnutrición crónica mientras que otros 20 millones, la padecen con severidad.
La presidenta de Unicef en España, Consuelo Crespo, ha declarado que "no existe ninguna crisis que justifique la muerte de un niño por causas evitables", como el hambre, que supone la causa directa o indirecta de una de cada tres muertes infantiles. Afirma que, si hay voluntad política, se cuenta con todos los recursos necesarios para establecer el compromiso de la comunidad internacional.
Según numerosos estudios, en varios años, aumentará la población de manera muy rápida hasta llegar a los 8.000 millones de personas. Las mayores tasas de natalidad se darán, sobre todo, en los países con menos renta per cápita. Existirá una gran diferencia entre los países desarrollados, que albergarán una esperanza de vida de 77 años y los pobres, que tan solo llegarán a los 53 años. Esto implicará, además, que aumentarán las muertes de los menores de cinco años en los países subdesarrollados.
La pobreza en los países pobres
El desequilibrio hace mella en las regiones más pobres del planeta. Sin duda, la peor parte se la lleva el África subsahariana, donde mueren alrededor de un millón de niños por desnutrición. En el año 1990, los países miembros de la ONU establecieron los “Objetivos del Milenio” y desde entonces, el país africano ha conseguido reducir sus niveles de hambruna infantil, aunque uno de cada cuatro menor de cinco años todavía la padece. Las causas más comunes que originan la pobreza en estos países y sus consecuentes muertes son la salud (enfermedades contagiosas, las infecciones respiratorias o las diarreas), la falta de higiene, de alimentos y del saneamiento del agua.
En Mauritania, gracias a las políticas activas de cooperación que mejoran las condiciones de vida de sus ciudadanos, 87.000 niños se han salvado de la desnutrición. En Haití, desde que gobierna el nuevo presidente, un millón y medio de pequeños han sido escolarizados y se ha creado un Ministerio de Derechos del Hombre y la lucha contra la pobreza extrema. Sin embargo, Níger continúa siendo el segundo Estado más pobre del mundo.
La creciente situación de pobreza en los países ricos
Un informe ha revelado que trece millones de menores de las naciones miembro de la Unión Europea, además de Islandia y Noruega, y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) no tiene cubiertas las necesidades básicas para su desarrollo. El estudio concluye que Rumanía, EE.UU., Letonia, Bulgaria y España son las regiones con el mayor porcentaje de pobreza infantil. La mejor situación la viven países como Islandia, Suecia y Noruega. Francia ocupa el primer puesto de Europa ya que gasta el 3’7% del PIB en esta materia pero el 10’1% de los niños sufren carencias mientras que el 8’8% sufre una pobreza relativa. Estas tasas indican cómo la sociedad protege a sus ciudadanos más vulnerables.
Alianza Internacional Contra el Hambre y la Malnutrición ha creado un programa para terminar con estos problemas que un menor vive a diario pero sin descuidar la cooperación internacional. Una de las causas que originan la malnutrición es que, debido a las condiciones económicas, muchos niños no cenan. En muchas familias, los padres se encuentran en el paro o afectados por la modificación de las prestaciones destinadas a la familia y a la protección de la infancia. Además, también se ha producido la desescolarización de los niños, sobre todo, procedentes de familias monoparentales o de origen no comunitario. Además, el acceso a la sanidad supone también una dificultad para muchos de ellos.
En España, el gasto social está por debajo de lo que le corresponde por su nivel de riqueza. Las familias son las más desfavorecidas respecto a las de los otros países de Europa. El 27’2% de los niños (lo que se traduce en 2.226.000) viven por debajo del umbral de pobreza. FUENTES http://www.lasemana.es
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